Herculeona

Ilustración: Jam
Texto: Gema Otero Gutierrez

Harta de librar batallas internas para gustar a un mundo que siempre miraba a otro lado. Cansada de caminar con miedo a hundir sus pies sobre la tierra por temor a la huella tan profunda que dejaba tras de sí. Sin ganas de mirarse en espejos que no contaban toda la verdad de su ojos oscuros.

Herculeona pensó que la mejor revolución de todas sería la de su cuerpo libre rompiendo con todo lo que la ataba o la hacía sentir pequeña. No había dios que pudiera con ella, ni canon que la encerrara en una imagen que jamás proyectaría sobre la fina arena de su playa. El cielo estaba en sus curvas poderosas, en el lunar que siempre le acompañaba como un amigo fiel y obstinado o en la historia de su piel y de sus primeras arrugas.

No se lo pensó dos veces. ¡Por mí y por todas mis compañeras! se dijo a sí misma. Con su capa de leona enfurecida se dirigió al Templo Sagrado de la Belleza, un lugar para el culto y el sacrificio que toda la ciudad adoraba y temía por igual. Caminó hundiendo su peso sobre el asfalto, a sabiendas de que dejaría su huella imborrable sobre las calles. ¡Ya no le importaba! Quería dejar constancia de su paso por la tierra. Sentía una fiera agarrada a sus tripas, un vértigo que crecía como una mancha de aceite imparable. Sabía que ya no había vuelta atrás, seguiría adelante hasta acabar con la maldita tiranía de una vida que se contaba en gramos, calorías, modas fustigadoras y espejos distorsionados.

El silencio parecía a la espera de su visita sorpresa. Las columnas del templo eran como seres fisgones que la observaban mientras caminaba hacia la gran estatua dorada. Ahora la miraba sin sentir su grandeza, ya no significaba nada, ni la delgadez extrema de las siluetas, ni los pechos imposibles que parecían no temer a las leyes de la naturaleza, ni siquiera la impoluta perfección de las medidas que la habían perseguido desde que era una niña. Miró la imagen de la estatua por última vez y la empujó con todas su fuerzas sobre el suelo. El estruendo fue como un gran terremoto que llegara de otro lugar del planeta. Se sentó en los escalones del viejo templo y observó que la sombra de aquel gigante había desaparecido. La luz del amanecer se colaba por los rincones iluminándolo todo. Más allá de su ciudad se divisaba un mar plateado que parecía emerger como un sueño cargado de esperanza y buenos presagios. Había tirado de un hilo invisible que la unía al universo. Ya nada volvería a ser como antes. Herculeona pensó que su cuerpo ya no tendría fronteras, sería imperfecto, inabarcable e infinito…

Ilustrado por

Jam

Texto de Gema Otero Gutiérrez

GEMA OTERO GUTIÉRREZ es Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Sevilla, Experta en Género e Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y Máster en Dirección de Empresas de Economía Social por la Escuela de Economía Social.

Ha trabajado como Experta en Género e Igualdad desarrollando acciones formativas, ponencias y diseñando materiales didácticos y proyectos coeducativos en diversas entidades como el Instituto Andaluz de la Mujer, Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, Instituto Andaluz de la Juventud, Diputación Foral de Bizkaia, Universidad de las Islas Baleares, Universidad de Sevilla, CICUS, Universidad de Málaga, Universidad del País Vasco y Pablo de Olavide, Diputaciones, Festival de Cine de Málaga, Fundación AVA, Ayuntamientos, sindicatos, fundaciones, centros educativos, centros de profesorado y entidades privadas.

Es la creadora del cuento coeducativo “SuperLola” y “Lalo, el príncipe rosa”, de La Señora Malilla, un proyecto profesional y artístico que tiene como objetivo la creación de proyectos formativos, culturales y editoriales desde la perspectiva de género y del proyecto artístico Tiranías, un espectáculo flamenco basado en sus relatos y poemas para el empoderamiento, la sororidad y la visibilidad de las mujeres desde una mirada feminista.“Reconocimiento Lavanda 2016 por la Igualdad de Género” concedido por CC.OO de Andalucía por la creación del proyecto La Señora Malilla.

El 6 de marzo de 2015 es galardonada por el Instituto Andaluz de la Mujer con el “Premio Meridiana” a la mejor iniciativa en producción cultural por SuperLola y el 8 de marzo de 2014 con el “Premio a La Igualdad” del Ayuntamiento de La Rinconada por su contribución personal y profesional a la Igualdad de Género. Forma parte de la directiva de la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales, AAMMA, desde agosto de 2014.

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